viernes, 19 de abril de 2024

ESCOPETA INDIAN, UNA JOYA DE LA INDUSTRIA ARMERA ESPAÑOLA

 


              Imagen de la escopeta abierta y plegada

Hace ya unos años, llegó a mis manos esta pequeña gran escopeta del calibre 24 y monocañón, fabricada en España sobre finales del mil ochocientos o principios del mil novecientos. Y según mis conocimientos, por las muchas consultas realizadas, se hicieron un número muy restringido de las mismas, por lo que, incluso los armeros las han visto poco. Así que no digamos del cazador de a pie.

Esta preciosa escopeta, con muy buenos aceros, es compacta y fuerte, de poco peso, más bien corta -65 de cañón y un largo de 108 cm-, plegable, con tres estrellas y con una curiosa forma de cierre.



Cuatro tomas de algunas características del arma

 Por ello, al ser de reducido tamaño de cañón y con un choque abierto, al utilizarla para el puesto de reclamo, el repostero no debe situarse a más de 15 m/pasos, pues si lo alejamos más, a veces, tras el disparo, deja aleteando a las camperas, circunstancia que no gusta a nadie y, a algunos reclamos, mucho menos.

También tengo que decir que, al pesar poco y ser muy ligera, suele dar culatazos en la cara. Por ello, no he tenido más remedui que hacerle y colocarle una carrillera con foam/espuma para, con ello, mitigar los buenos “tortazos” en el rostro. Es más, por dicho motivo, a la hora de disparar, hay que apoyársela muy bien en el hombro y, de esta forma, evitar lo anteriormente dicho.

En principio, con todo lo expuesto sobre las características de la escopeta, debería darle poco uso, pero debo decir que va muy bien para cazar el reclamo en Las Alpujarras granadinas, donde estoy como socio de un coto, pues en dichos parajes, los tantos o pulpitillos de piedras suelen estar bastante cerca del aguardo por lo que, con escopetas de más calibre y menos estrellas, se destrozaría mucho la caza. Igualmente, la suelo utilizar en cualquier otro lugar cuando, por las características del terreno, los matojos haya que situarlos cerca.

Además, existe un problema añadido: los cartuchos. No hay muchos fabricados a nivel nacional y los que se venden en el mercado suelen ser de no mucha carga, situación que ayuda a no dejar secas a las patirrojas. Por tanto, hay que traerlos de otros países en donde este calibre es más usual, por ejemplo Italia.

De todas formas, dado el cariño que le tengo, sus peculiares y curiosas características, su belleza y sus añitos, aun teniendo muchos enamorados dispuestos a poner encima de la mesa  el "taco", ahí está para las generaciones familiares venideras, ya que se encuentra, aun con los años que tiene -más de un siglo-, en un envidiable estado de "salud" en cuanto a estética y funcionamiento. Señal inéquivoca de que los materiales de fabricación utilizados debieron ser de muy primerísima calidad, como se hacia antes en cualquier instrumento que veía la luz.

Para terminar, solo apuntar que con la escopeta reseñada y con una de marca Mundial, del calibre 28 y tambien con sus añitos, cazo el perdigón en estos momentos, pues pocas veces he utilizado paralelas y, mucho menos, de calibres grandes.